25 N, DÍA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, nuestro centro celebró unas jornadas en las que participó toda la comunidad educativa. Por un lado durante varios días el alumnado de ESO realizaó pequeños lazos morados de cartulina y un gran lazo blanco de cartón. El día 24 , cada alumno, alumna y profesores del centro fueron colocando un lazo morado dentro del lazo blanco. Tiñiendolo de morado por completo. Entre todos se recordó a todas aquellas personas que son víctimas de maltrato . Así mismo el alumnado que cursa idiomas (francés e inglés) elaboró pequeños relatos o nanorelatos sobre la igualdad y la violencia que se expusieron por los tablones de anuncios del centro.

Durante toda la semana, el alumnado de 1º de Integración Social realizaó un programa de radio en el que hicieron entrevistas, se leyeron relatos, frases, canciones, etc contra el maltrato y que tuvo una gran acogida.

El día 25, el alumnado de Ciclo Superior de Integración Social representó dos actuaciones teatrales de gran impacto. Por un lado, un grupo de chicas y chicos vestidos de negro representaron con expresión corporal el proceso de maltrato y después de liberación de una mujer víctima de maltrato mientras otra aluman leía un monólogo en le que se relataba todo el proceso.

Seguidamente uno de los alumnos nos impresionó a todos representando el papel de un maltratador que le habla a la sociedad. Y que de alguna manera nos responsabilizaba a todos de este tipo de situaciones.

Por último concluimos el acto con el visionado de cortos, anuncios y canciones contra la violencia de género.

Para finalizar las actividades, el alumnado de ciclos (Intregración Social, Educación infantil y Atención a la dependencia) , marchó por el centro de la ciudad de Ronda desde el instituto caracterizados como parejas de novios y con carteles que hacían alusión a que el amor y el maltrato no son compatibles. Acabamos en la Plaza del Socorro donde numerosos medios de comunicación nos esperaban para realizarles una entrevista sobre el programa de actividades realizado. Por las calles de Ronda las personas que se cruzaban con la marcha preguntaron y se sumaron en muchos casos a la actividad.

Creo que cada uno de los actos sirvió para concienciar un poco más al a toda la comunidad educativa sobre la lacra social que es la violencia de género.

Os dejamos con el enlace al vídeo de lectura inicial del poema contra la violencia de género,  y el texto correspondiente al monólogo del maltratador.

MONÓLOGO

Buenas tardes, les voy a hablar de lo único que conozco realmente en la vida, a mi. Les voy a hablar de cómo es un maltratador. Ya veis que no tengo cuernos, ni tengo pinta de delincuente … porque los que son como yo, somos como cualquiera de ustedes. Mi vida era absolutamente normal, o al menos eso creía.

Yo siempre pensé que el hombre y la mujer son diferentes, y realmente me molestaba y porqué no decirlo ,sigo sin estar de acuerdo en que podamos hacer las mismas cosas… Yo creo que el hombre y la mujer en definitiva tienen distintos papeles en la sociedad. 

Desde que era un renacuajo con apenas cinco años recuerdo la sonrisa de mi madre y cómo la adoraba. Mi madre era una mujer fuerte y cariñosa. Jamás miré así a mi padre. Él trabajaba duro para sacarnos adelante y aunque nos quería jamás nos dio amor. Yo crecí y así aprendí que las mujeres tienen un don especial para el amor. Yo adoraba a mi madre… y adoraba a todas las mujeres que me rodeaban, mis hermanas, mis tías… Crecí rodeado de ellas y siempre las amé.

Cuando  fui creciendo , no había chica en la que no me fijara, y siempre las traté bien…y cuando conocí a Alicia… el mundo se paró. Ella era la mujer que siempre quise a mi lado. Cariñosa, sensible, guapa…

Recuerdo la primera vez que fuimos a la playa  y cómo la miraban todos… no pude soportarlo. Le eché una toalla por encima y le dije que nos íbamos. Se puso histérica en el coche pero cuando le expliqué que era por su bien, porque no quería que la mirasen como a una fulana, que la quería demasiado para que otros la mirasen… ella me dio el beso más hermoso que jamás me habían dado.

Yo creía que a las mujeres les gustaba que los hombres fueran románticos y yo lo era con Alicia. Jamás dejé de regalarle por su cumpleaños o por nuestro aniversario, siempre estuve pendiente de ella, de con quién iba, de qué hacía, y la apoyé cuando decidió dejar los estudios . Yo sabía que ella a mi lado no necesitaba estudiar ni trabajar. Alicia siempre fue hermosa y dulce, pero no era inteligente ni fuerte , y el mundo cada vez es más complicado. Yo le apoyé y le animé a que dejase de estudiar porque al fin y al cabo perdía el tiempo, se rodeaba de amistades que no eran buenas para ella , que le incitaban a irse de fiesta, a dejarme…

Cuando nos fuimos a vivir juntos yo trabajaba en un bar. Llegaba muy cansado a casa y creo que no fui capaz de enseñarle cuál era su papel. Alicia no sabía hacer casi nada en casa y encima yo no podía saber en todo el día si salía, si hablaba por teléfono, qué hacía… No podía confiar en ella. No era como mi madre o mis tías, no era una mujer, era una cría.

Entendedme… todo el día trabajando, todo el día fuera de casa y al llegar una simple pizza para cenar… malas caras… que si me aburro aquí, que no se qué hacer… ¡joder! Aprende a hacer algo, al menos a ser mujer! Pero Alicia hablaba demasiado con sus amigas… se lo contaba todo ¡ y yo cuando las veía sólo veía a gentuza que querían separarnos y que se metían donde no les llamaban.

Un día Alicia me dijo que quería que nos diésemos un tiempo… yo no lo podía creer ¡dónde iba a ir ella, sin estudios ni trabajo! ¡con una de sus amiguitas!?  ¡después de todo lo que había hecho por ella! No puede contenerme y le pegué, le pegué una y otra vez hasta que caí cansado en el sofá. Ella estaba a mis pies llorando… y me sentí bien. Sentí que por fín le había hecho entender lo mal que me sentía con su comportamiento, con sus amistades… Me levanté y me acosté dejándola allí. Pensé que no volvería a decirme más tonterías.

Por la mañana, me había hecho el café y al mirarla le ví el rostro morado e hinchado. No parecía ella…me asusté por un momento y me juré que no volvería a pegarle. Le pedí perdón y me abracé a ella, lloré como un niño. Durante días la cuidé, le dije que no hiciera nada en casa, le traje flores. Yo amaba a Alicia.

Pasó el tiempo y sus amigas volvieron a aparecer por casa. Ella no me dijo nada, me mentía constantemente, pero yo sabía que estaban tramando algo. Repetidamente le recordaba de muchas formas lo que podía pasar… y volvió a pasar… muchas veces y cada vez más intensamente. Porque no parecía aprender la lección, siempre volvía a caer en las mismas cosas que me hacían sufrir… Cada vez más se alejaba de la mujer que yo pensaba que era, nunca hacía nada bien, siempre me dejaba en ridículo, y una y otra vez le hacía ver el orden de las cosas… pero ella cada vez parecía más estúpida. Y yo sólo quería que fuéramos una familia, que fuéramos normales y felices…

Cuando Alicia se marchó y me denunció yo no podía creerlo. Yo no era ningún terrorista ni asesino… Porqué vino la policía a casa… porqué me preguntaron sobre nuestra vida. Mi padre jamás dejó que nadie se metiera en nuestras vidas.

Me enseñaron el parte de lesiones del hospital que presentó Alicia… y cuando vi las fotos … un psicólogo me preguntó que si había visto alguna vez así a mi madre. La sola idea de pensarlo me heló el cuerpo.

Poco a poco entendí que soy un maltratador. Que Alicia no es mía. Que yo la quise sólo para mi porque no confiaba en que se quedase a mi lado, en ser lo suficientemente bueno para ella.

Pero si les cuento esto hoy, no es para pagar mis culpas, no es para confesarme ante ustedes. Es para acusarles.

Si si, habéis oído bien. Os acuso de crear un monstruo como yo. A todos, a la sociedad con cada uno de sus individuos. A todos porque todos miramos a otro lado cuando alguien avasalla a otra persona por su condición de mujer, homosexual, gitano, pobre…

Todos los que viven su vida sin cuestionar lo que ocurre alrededor. Todos los que ven normal la dominación de unos por otros. Os acuso y espero que esa acusación os haga pensar en todas las pequeñas y grandes acciones que podéis hacer para cambiar la sociedad y no hacéis…

Yo soy un maltratador pero vosotros sois los espectadores…Todos somos culpables y todos podemos hacer que cambien las cosas. Porque tan estremecedor es el golpe del que oprime, como el silencio de los que permanecen indiferentes.